martes, 1 de mayo de 2012

POÉTICA



                                                                              Por Juan Chirveches



    En los poemas – cuadros sobre cuya tela se dibujan emociones y pasiones, y sentimientos, y más cosas, con el pincel de las rítmicas palabras - cabe todo, cualquier asunto: el amor, el desamor y la nostalgia; la guerra, la paz, los huracanes; el odio, el suave erotismo, los zapatos; Dios, los dioses, los adioses; los chicles, los suburbios, las montañas; la pornografía, los despertadores, la vecina, los pindáricos atletas…
    Todo cabe en los poemas: la extremada y crujiente mística de los martirios; las agonías, como flores con las que ornar los barbechos de la muerte. El paisaje. La libertad. Cabe sajar la piel de la ciudad, y ver y oler y recorrer y remover sus entrañas de cañería; sus tripas de cables; sus ratas vestidas de gafas y corrupción.
    Cabe el otoño. Y cabe la primavera, toda rebosada y llena, y alumbrada, de semáforos vegetales y de aires amarillos. Y caben los taxis que llevan a cenicientas de plástico y piercings a los profanos templos del amor, donde bailan y se restriegan, y son poseídas por luces acalambradas.
    Todo cabe, cabe todo.
    En la poesía cabe todo: Todo, menos la prosa.



                                                                                     J.Ch.


      Publicada como artículo en Ideal. Granada, 15 de Enero - 2007.
               Publicada como Prefacio del libro El abrir de abril.